miércoles, 23 de enero de 2008

la competitividad en el futuro

El reto de la competitividad

Por fin, el Gobierno se comprometió con una política de competitividad a través de un documento Conpes. Para que la política tenga éxito, se requiere ante todo el compromiso personal del primer mandatario con la idea.

Hace años ya que Colombia llegó a la conclusión de que debía desarrollar su sector externo si quería crecer. Para lograrlo, se propuso firmar tratados de libre comercio con diferentes países y regiones del mundo. Ha pasado el tiempo y ha avanzado en los tratados, pero muy poco en las condiciones de competitividad que permitirían aprovecharlos al máximo.

Este vacío llevó a que se gestara hace un par de años una alianza público-privada para trabajar por la competitividad del país. La alianza, conformada por el Consejo Privado de Competitividad, del lado del sector privado, y la Alta Consejería para la Competitividad, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y el Departamento de Planeación Nacional, DNP, por el del Gobierno, dio sus primeros frutos en junio pasado con el Documento Conpes No. 3527, en el cual quedaron plasmados los lineamientos de la Política de Competitividad. De ser exitosa esta política, los colombianos podrían llegar a tener en el año 2032 un ingreso per cápita de US$18.000, igual al que tienen actualmente países de ingreso medio como Portugal.

A pesar del gran logro que significa contar con una política de competitividad, existe el peligro de quedar en la letra y no materializar las acciones. Basta una revisión del Documento Conpes para darse cuenta de lo mucho que hay que hacer para que Colombia verdaderamente pueda mejorar su competitividad. Son catorce frentes en los cuales debemos trabajar a fondo, entre los que se cuentan la formalización de la economía, la competitividad del sector agrícola, el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación y el desarrollo de infraestructura, logística y transporte.

Está previsto que el trabajo por realizar estaría en cabeza de distintas entidades del Gobierno, bajo la supervisión del DNP. Si bien esto es positivo, no se puede perder de vista que es indispensable contar con el compromiso permanente del presidente Alvaro Uribe. Si el Presidente no transmite que esta es una de sus preocupaciones personales, la política corre el riesgo de quedarse en el papel.

En paralelo con la tarea de diseño de la política, el Ministerio de Comercio ha trabajado con McKinsey & Co. en la selección de cuatro sectores de talla mundial con grandes oportunidades de crecimiento hacia fuera, alrededor de los cuales se focalizarán esfuerzos, con el fin de ampliar la oferta exportadora del país y generar empleos de calidad.

Son cuatro los sectores seleccionados, de los cuales dos, software y outsourcing, ya cuentan con el estudio necesario para desarrollarlos. La idea es que sean los participantes privados de estos sectores quienes los desarrollen, pero que sea el Gobierno quien provea la infraestructura necesaria para lograrlo. Los otros dos sectores en que se está trabajando son cosméticos y salud.

Al igual que en el caso de la política de competitividad, el Presidente debería ser quien lidere estos desarrollos. La función de ellos es abrir nuevos caminos y mostrar que sí es posible gestar en Colombia sectores nuevos de alto crecimiento (algo que no vemos desde la época en que se desarrolló la floricultura de exportación). Saber que la energía del presidente Uribe está detrás de estas iniciativas, multiplicaría las probabilidades de éxito.

Desafortunadamente, es muy poco lo que el Primer Mandatario habla sobre esto y, cuando se refiere a ello, lo hace de manera esporádica. Esta forma de aproximarse al tema puede llevar a muchos a pensar que su compromiso con la idea es bajo y que esta va a ser una iniciativa efímera.

La actitud del Presidente refuerza el mensaje tan negativo que envió cuando, a raíz del recorte del gasto, anunció que eliminaría la Alta Consejería para la Competitividad. Lamentablemente, en la Colombia actual todo el mundo entiende que los asuntos solo son realmente prioritarios si cuentan con la atención personal del Presidente Uribe. Hace falta que él se manifieste pronto sobre el tema y despeje las dudas, pues el sector privado trabaja, pero necesita saber que el Gobierno va a hacer su parte.